“Majestuoso guerrero dorado, mezcla de dragón y humano”
A lo largo de los siglos, Ivith, el majestuoso Dragón Dorado, ha sido una figura envuelta en misterio y leyenda. Poseedor de un poder abrumador, su linaje se remonta a los primeros días de los reinos, cuando los dragones moldeaban el destino del mundo. Aunque conocido por su imponente forma dracónica, pocos saben que Ivith también adopta una forma humana y, en ocasiones, una mezcla de ambas, uniendo la majestuosidad de un dragón con la astucia de un mortal.
En su juventud, Ivith vivió una existencia solitaria, temido por su inmenso poder y la chispa dorada que residía en su corazón. Sin embargo, su vida cambió al encontrarse con una mujer mortal que, contra toda lógica, no temía su verdadera naturaleza. De esa unión nació Vark, su único hijo y heredero, a quien Ivith protegió ferozmente del mundo que buscaba destruirlo. Pero su papel como padre no fue fácil: sabía que su propio poder y su legado podrían convertirse en una carga para Vark.
A lo largo de los años, Ivith ha permanecido en las sombras, observando el crecimiento de su hijo desde la distancia. A veces, se manifiesta en sueños o visiones, mostrando fragmentos de sabiduría o advertencias sobre el camino que Vark debe recorrer. Aunque no está presente físicamente, su influencia es constante, como un faro que guía a su hijo en medio de la tormenta.
En sus momentos de mayor necesidad, Ivith desata su poder, un espectáculo que tiñe el cielo de oro y sacude la tierra misma. Sin embargo, este poder no está exento de sacrificios: cada vez que lo usa, siente que se acerca un poco más al agotamiento final de su esencia. Aunque Ivith no teme la muerte, sabe que su existencia es crucial para mantener el equilibrio entre los reinos, y que su desaparición podría desatar un caos inimaginable.
Sin embargo, la existencia de Ivith también está plagada de dudas y remordimientos. ¿Ha hecho lo suficiente para preparar a Vark? ¿Es su poder una bendición o una maldición para su linaje? Estas preguntas lo atormentan, llevándolo a buscar respuestas en templos antiguos y en los ecos de su propia memoria.
Marcado por su dualidad como dragón y humano, Ivith lucha constantemente por mantener el equilibrio entre la sabiduría de su especie y las emociones intensas que heredó de los mortales. Es un guardián, un maestro y un padre que, a pesar de su inmensidad, carga con un corazón lleno de odio y dudas.
Enemigo
Hijo